domingo, 28 de abril de 2013

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Gemapamundy




Cada día que vivimos sin duda es diferente, sin embargo desde que me mudé a esta casa todas las mañanas algo se repite, cuando pongo mis pies en el suelo por vez primera, veo mi imagen distorsionada; entonces cojo mis gafas y veo esa misma imagen distorsionada pero más nítida.
He decidido llamarlo "el espejo de la risa" porque cada nuevo día comienza con una imagen de mí que apenas reconozco, pero me hace sonreír. Me río de esa grotesca frente o de esos brevísimos rasgos faciales que van cambiando si acaso me muevo un milímetro.
Lo primero que me vino a la mente fue que ese espejo no me gustaba, es viejo y no puedo verme bien... pero a los pocos días me arrancó una sonrisa y ahora es uno de mis mejores aliados para comenzar el día.


2 comentarios:

  1. Quizás puedas preguntarle cositas al espejito de la risa ¡tiene pinta de saber mucho! estoy segura que te va a ayudar más de lo que piensas. Mj

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  2. No dejar de sorprendernos por los múltiples e infinitos reflejos del espejo; acercarse a uno mismo desde la risa para que todas las piezas encajen, o, al menos, dejarse hacer cosquillas por lo que somos, seremos, por la imagen móvil y libre que el espejo nos devuelve

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